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¿La politica es Sucia? Legalicenla

NECESITAMOS FORMACIÓN POLÍTICA




Nos quejamos que la Política carece de ideas. Posiblemente sea una atroz consecuencia de la ideología, de las no ideologías que aún cargamos como rémora de los noventa.

También en la actividad política hacemos gala de un estúpido desprecio por el Saber como guía para el Obrar. Es indispensable formar y capacitar a nuestros dirigentes políticos. No se trata de crear una elite que sepa y otra dominada o menospreciada en aras de los supuestamente mejores sino de una responsabilidad y obligación de las dirigencias partidarias hacia sus afiliados.

No se puede operar una persona sin saber Anatomía, no se puede construir un puente sin saber Física, no se puede pilotear un avión sin saber conducirlo y tampoco se puede decidir cursos de acción política sin una formación básica que nos permita interpretar la realidad dinámica y cotidiana. No se trata de enseñar a Gobernar ni a gestionar la cosa pública.

Eso es otra cosa, sin duda importante, pero no la más importante. Se trata de poder dar a nuestros AFILIADOS los conceptos básicos que les permitan pensar en términos políticos y que fundamentalmente les permitan reflexionar en forma crítica sobre sus propias acciones políticas y NO SOLO las de los otros. Esos conceptos son los que les permitirán crecer a partir de la experiencia militante porque podrán comprenderla, en la total dimensión de la palabra “comprensión” que va mucho más allá que el mero entender. La formación política de los militantes y los dirigentes es el salto cualitativo que los Partidos necesitan imperiosamente para fortalecerse dentro del Sistema Democrático. No se trata de escolarizar a la militancia. No se trata de una Formación pasiva sólo de carácter receptivo. Tampoco de formar académicos de la política, mucho menos teóricos y mucho menos aún intelectuales de la misma. Se trata de proveer a partir de la lectura, la charla y fundamentalmente la discusión y el debate creativos las herramientas básicas del pensamiento político que les permitan construir Política en forma original y eficaz. Se trata de trasmitir una Ética integrada por los Valores liminares (*) que le dan sentido y coherencia a la Acción Política para que oriente sus actos cotidianos. No puede haber Política sin Ideas y tampoco puede haberla sin Valores. No estamos viviendo en los sesenta y los setenta en los que el mismo clima llevaba naturalmente a la Formación y es por ello justamente que debemos forzarla. Se ha roto aquella cadena en la que los mayores transmitían naturalmente a los militantes más jóvenes sus valores, saberes y experiencias. Esa cadena fue quebrada por los intereses mezquinos del internismo especulativo. Hay una relación directa, muy íntima y estrecha entre la Reforma Política y la Formación de los Militantes y los Dirigentes de los Partidos Políticos porque hay cuestiones externas que pueden conducir o normar esa Reforma pero lo que le va a dar consistencia y solidez es el cambio interno, profundo individual y colectivo en las formas, los modos y los métodos de hacer Política pero fundamentalmente en los “por qué” y los “para qué” la hacemos. Por más Leyes que modifiquen Códigos Electorales o instituciones de la Democracia si no promovemos un gran mejoramiento cualitativo integral y armónico de la militancia y la dirigencia crearemos meramente una cáscara vacía. Lo único que puede impregnar a esa estructura de Contenidos es la Formación de la militancia desarrollada en forma planificada y sostenida. El Estado, los Partidos Políticos y muy especialmente en la Unión Cívica Radical tenemos la obligación sustantiva de Formar a nuestros militantes y dirigentes para alcanzar una auténtica Reforma Política.

(*) conjunto de elementos que constituyen la dimensión doctrinaria de una organización política a través de los cuales las políticas de carácter corriente deben tender a ajustarse a ellos

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